Interculturalidad

Interculturalidad

I. CULTURA E INTERCULTURALIDAD

¿Que es cultura?

Por comodidad, respondemos la pregunta con algunas definiciones del concepto antropológico de cultura que transcribimos en seguida:

a « Una cultura es un conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el mundo, de pensar, de hablar, de expresarse, percibir, comportarse, organizarse socialmente, comunicarse, sentir y valorarse a uno mismo en cuanto individuo y en cuanto a grupo. Es intrínseco a las culturas el encontrarse en un constante proceso de cambio ». (Heise, Tubino, Ardito: 1994 p.7)

b « Una cultura es una variedad de sistemas desarrollados por las sociedades humanas como medio de adaptación al ambiente en el cual se vive; como totalidad, un sistema cultural constituye el medio a través del cual el grupo al cual pertenece dicho sistema consigue su supervivencia como una sociedad organizada…» (Robert W.Young En: Abrahams y Troike, 1972.)
¿Que es interculturalidad?

La interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de relación de culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos en situaciones de multiculturalidad. Se trata de un saber manejarse entre miembros de diferentes culturas con quienes se interactúa. La interculturalidad no implica a priori el “saber manejarse bien o mal”, solo implica saber manejarse, pues una u otra alternativa específica dependerá de la política sobre interculturalidad que asumen las personas o los grupos humanos. Dicha política puede estar explícitamente formulada o, lo que es común, estará implícitamente vigente. En este contexto, el prefijo inter no hace referencia sino a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o el grupo humano.

2. Caminos para la interculturalidad

La interculturalidad es, en tanto realidad, una realidad cultural; y como todo fenómeno cultural, la conducta intercultural se aprende sea como miembro de una determinada cultura, o de un grupo de culturas en contacto. Esa conducta intercultural puede tener una realización adecuada o no adecuada en su propósito de permitir desenvolverse en situaciones de interculturalidad. EI juicio sobre adecuación depende de un determinado sistema cultural.

La primera condición para que exista interculturalidad es el contacto de culturas. Pero para que la interculturalidad sea una conducta, lo que debe ocurrir es un proceso de aprendizaje, ya sea natural -como parte de la socialización de las personas- o planificado, es decir, formalmente.

Conviene aclarar que la educación en general puede ser intercultural y no ser bilingüe, tanto como puede ser bilingüe y no ser intercultural. La vigencia de cualesquiera de estas alternativas concretas responderá a políticas específicas que asumen las sociedades para la educación de sus miembros.

3. Los alcances de la interculturalidad

La interculturalidad tiene múltiples posibilidades. Por ejemplo, ella puede tener una práctica intracultural, es decir, puede ser un ejercicio que involucra a grupos que conforman subculturas dentro de una estructura mayor. Es el caso de una interculturalidad que tiene como componentes a las variedades de lo que se reconoce como una misma cultura. En esta perspectiva, todos en el mundo son por lo menos intrainterculturales, pues no es imaginable la existencia de culturas homogéneas. De otro lado, no todos en el mundo están en una relación intercultural, esto es, sus relaciones no involucran necesariamente a dos o más sistemas culturales diferentes. La multiculturalidad no implica necesariamente interculturalidad, pues las personas pueden mantener separadas las culturas de su multiculturalidad.

La globalización ha catapultado la conveniencia de la interculturalidad como conducta de los seres humanos, pues ha puesto frente a sí a personas de diferentes culturas, generando como consecuencia convicciones sobre conductas apropiadas para desenvolverse en el mundo globalizado. Si bien pareciera que nos dirigimos hacia un mundo de interculturalidad plena, tal vez con todas las culturas del mundo en contacto; avizoramos sin embargo que no todas las culturas ahora existentes tienen la misma posibilidad de ser componentes permanentes en la relación intercultural, ya que algunas están condenadas a la desaparición debido a las relaciones desiguales entre las sociedades respectivas, en las que se generan etnocentrismo, racismo, etnocidio, genocidio, o falta de autoestima.

La presunción sobre implicancia de homogeneidad cultural en el mundo, como consecuencia de la globalización, felizmente no es algo absolutamente seguro, pues tiene en contra la imposibilidad de la invariación cultural. Lo previsible es que la globalización generara necesariamente formaciones especificas de orden cultural, como parte del proceso normal de cambio del que no puede estar ajena ninguna cultura, menos la “cultural global” [1] .

4. La practica de la interculturalidad

Las relaciones interculturales que se establecen entre los grupos humanos pueden ser armónicas, pero también pueden estar marcadas por desequilibrios que hacen que dichas relaciones sean inequitativas, y atentatorias contra el desarrollo mismo de los grupos humanos. La discriminación peyorativa entre culturas es uno de los factores nefastos para las relaciones interculturales equitativas. Estas discriminaciones pueden implicar conductas racistas, antidemocráticas, genocidas, etnocidas, etc.

Algunos estudiosos señalan la vigencia de una interculturalidad negativa, con relaciones que no contribuyen a una convivencia armónica entre las culturas y los grupos humanos. Frente a la interculturalidad negativa tenemos aquella que busca formas de relación que amplían el conocimiento cultural sobre los otros, para que las personas y los grupos humanos puedan desenvolverse creativamente y con tolerancia en su ambiente multicultural. Asimismo, podemos hablar de una interculturalidad pasiva frente a una interculturalidad activa. En todo caso, es deseable para la construcción de la interculturalidad que los sujetos sean entes activos, antes que pasivos.

5. Educar en interculturalidad

Los seres humanos en los últimos tiempos han llegado a la convicción de la condición positiva de la práctica de la interculturalidad como estrategia de relación humana con miras a un desenvolvimiento armónico y creativo de las sociedades humanas. Este convencimiento induce a plantearse estrategias para el aprendizaje de la interculturalidad, entendida asta como practica de un tipo de relación entre miembros de distintas culturas, esencialmente positiva para el desarrollo humano. En tanto motivo de aprendizaje, la interculturalidad ha devenido objeto de preocupación de la actividad educativa, al mismo tiempo que sujeto de planeamiento en la tarea de enseñanza-aprendizaje. Muchos estados marcados por la multiculturalidad y el multilingüismo comenzaron a generar en las últimas décadas espacios de preocupación en sus sistemas educativos para enfrentar la educación de sus miembros teniendo en cuenta su realidad multicultural. Una estrategia para la interculturalidad ha sido imaginada desde lo que ahora se llama precisamente la Educación Intercultural bilingüe, pensada especialmente en vista de las limitaciones conceptuales de la llamada educación bilingüe e incluso de la educación bilingüe bicultural [2] . En el desarrollo de esta conceptualización tenemos a estudiosos latinoamericanos en posiciones descollantes, como es el caso del lingüista venezolano Esteban Emilio Mosonny, quien fue el primero en usar la expresión Educación Intercultural Bilingüe.

6. Aspectos de una Conducta intercultural positiva

No puede haber práctica intercultural positiva si es que los miembros de los grupos humanos no asumen una conducta de tolerancia hacia la diversidad cultural. La intolerancia niega al otro, haciendo que la relación intercultural sea prácticamente inexistente.

La tolerancia en si es insuficiente, pues solo asegura que el otro exista. Un paso más avanzado para propiciar la interculturalidad será el respeto mutuo de los componentes de la posible relación intercultural. Tolerancia y respeto hacen bastante, pero no todo. Se necesita un esfuerzo cognoscitivo y de comprensión del otro como diverso de uno para construir una relación intercultural creativa, duradera y positiva.

En el marco de tolerancia, conocimiento y comprensión del otro como diverso, los seres humanos estamos descubriendo y enriqueciendo nuestra percepción de la humanidad, reconociendo a la diferencia y a la especificidad como un derecho humano, tal vez el más importante, que esta en la base de la increíble diversidad de la vida misma en el planeta. A partir de esta aserción resulta fácil identificar a la diversidad como un bien intrínseco y como un recurso para el desarrollo de la vida y de las sociedades humanas.

7. Estrategias de interculturalidad

En los últimos tiempos comienza a hacerse presente en la preocupación de los estados la necesidad de plantearse políticas para el desarrollo de la interculturalidad. Es sintomático que estas preocupaciones surjan en los estados multilingües, como los americanos, e incluso en aquellos estados no necesariamente multilingües, pero cuyo desarrollo les ha planteado la necesidad de relaciones amplias y sostenidas con estados de culturas diversas, con la evidencia de beneficios que derivan de la práctica de la interculturalidad.

La preocupación por desarrollar la interculturalidad en el Perú ha venido de la mano con el quehacer educativo con los pueblos amerindios involucrados en diversas modalidades de educación bilingüe. Tal como se ha señalado antes, las limitaciones conceptuales de la educación bilingüe (e incluso bicultural) han sido la palanca para pensar en la interculturalidad como necesidad para el desarrollo de relaciones cualitativamente superiores en términos de armonía entre los diferentes componentes del multilingüismo y multiculturalismo. De un planteamiento inicial de educación bilingüe intercultural para los pueblos amerindios peruanos, se ha pasado a percibir y plantear la necesidad de una educación intercultural para todos, aunque no necesariamente adoptando la modalidad bilingüe.

Son muy pocos hoy los estados suramericanos que no se plantean una educación intercultural bilingüe para su población originaria americana. También es verdad que en algunos estados se tiene conciencia de la necesidad de una educación intercultural para todos, tal como en el Perú, o en Bolivia. La consigna “interculturalidad para todos” se hace cada vez mas fuerte en muchos países, favorecida por el proceso de globalización y por la exigencia de procurar un posicionamiento auspicioso en el contexto de un mundo globalizado.

Una política intercultural para estados como el peruano implica una labor de ingeniería social y cultural imaginablemente compleja, en razón a la diversidad de culturas, lenguas y relaciones sociales vigentes al interior del país. Se trata de una tarea difícil en vista de la complejidad de nuestra diversidad y en razón a las fuerzas contrapuestas que animan a la sociedad peruana, en la que el racismo, el machismo, el autoritarismo, la ausencia de democracia étnica, la falta de respeto a la diversidad cultural, las múltiples formas de discriminación, deberán dar paso a una conducta de tolerancia y respeto mutuos entre todos los miembros de los diversos pueblos que vivimos en este espacio geográfico que llamamos Perú. A todas luces, más que una labor de ingeniería social, se trata de una reingeniería de las culturas y de la sociedad peruanas. Es una reingeniería para la globalización, que deberá ser sin perdida de nuestras identidades específicas como pueblos peruanos.

8. Condiciones para una interculturalidad rica y creativa

Hay en el mundo espacios multiculturalmente pobres y ricos, pues unos contienen más diversidad cultural que otros.

La riqueza de culturas es una condición básica para una interculturalidad rica y creativa. En esta perspectiva, el Perú es un espacio rico en culturas, por lo que tenemos la posibilidad de desarrollar en el país una interculturalidad que puede significar un aporte relevante para la humanidad. Para que esto sea posible necesitamos construir conocimientos mutuos respetuosos de la diversidad de los peruanos, pues interculturalidad significa -como dice Heise, et alt. (1994): dialogo, negociación permanente, reflexión cotidiana sobre derechos y modos de ser, aceptación del otro como legítimo para la convivencia. El requerimiento para la interculturalidad es conocer la propia cultura y conocer las otras, para construir identidades desde las cuales nos relacionamos los unos con los otros. Este conocimiento es respuesta a interrogantes fundamentales: sobre nuestro origen como pueblo, nuestras creencias, nuestra lengua, sobre conductas cognoscitivas que nos hacen asumir, suponer, dar por entendido, o nos dicen de las realidades con las que contamos en el mundo en que vivimos y convivimos.

La diversidad radical entre las culturas peruanas, así como el número de estas culturas, es una de las mayores riquezas de los peruanos. Gran parte de estas culturas son plenamente vigentes, con capacidad creativa alta; pero también hay varias culturas peruanas que corren el peligro de la extinción a muy corto plazo.

9. “Condiciones” adversas para el desarrollo de la interculturalidad

La interculturalidad tiene enemigos poderosos y mortales. Dos de estos enemigos son el genocidio y el etnocidio.

EI genocidio desaparece al otro en tanto entidad física y viva, y al desparecer1o, aniquila su cultura, anulando la posibilidad de establecer relación con una diversa. A su turno, el etnocidio elimina a la otra cultura, o la discrimina. En la historia de la humanidad las conductas etnocidas y genocidas son las causas mas recurrentes de la desaparición de pueblos y culturas, y del consiguiente empobrecimiento de la humanidad en su posibilidad de usufructuar los logros generados con esfuerzos de miles de años.

Aparte de estas dos conductas extremistas, también son adversas las practicas de aculturación, que pueden ocurrir de forma violenta e impositiva, pero también con delicada sofisticación. .

10. Política de interculturalidad

Una política intercultural es en lo fundamental política sobre actitudes de personas y sobre relaciones interculturales. En este entendido, la interculturalidad es de las personas; pues como en el bilingüismo, que se da en el habla; en este caso se da en la relación de las personas, pero marcada por la gramática de la cultura.

Tal como señala Xavier Albo [3] , la política sobre interculturalidad tiene en cuenta y asume:

a. EI derecho a la diferencia (que configura la identidad de las personas y de los grupos)

b. La conveniencia social de conocer al otro y de aprovechar (sus logros culturales, mediante el intercambio cultural)

De otro lado, es indispensable asumir la realidad de culturas tal como es, lo que en nuestro caso involucra:

– Culturas dominantes y culturas oprimidas y las consecuencias de esta realidad, situación que implica asunciones y estrategias particulares en la política de interculturalidad.

La realidad peruana es de grandes desigualdades entre los componentes de la multiculturalidad, con actitudes profundamente discriminatorias entre las personas de culturas diferentes. Conviene que nos examinemos sobre este nuestro carácter colectivo que se percibe como de mutuo odio, tan chocante por evidente para un observador externo, ya que muestra a un colectivo social con partes permanentemente de espaldas entre sí.

¿Que objetivos de interculturalidad cabe plantearse?

Considerando nuestra realidad específica-marcada por la inequidad étnica y cultural-deberemos considerar como fundamental:

– EI derecho a la propia cultura, en consecuencia desarrollar este derecho.

– La promoción de la interrelación respetando al otro, con miras a una mejor convivencia en la sociedad mayor.

Puede no percibirse adecuadamente esta propuesta de objetivos. Para aclarar, hagamos un ejercicio preguntándonos, ¿valen igual todos los peruanos en el Perú? ¿Vale igual un huitoto frente a un aimara, a un quechua, o frente a alguien de origen español? ¿Valen igual los peruanos según su color de piel? ¿Valen igual los peruanos según como se visten?

Todos sabemos en el Perú la respuesta, que es NO. Entonces, ¿no convendría formular una política para salvaguardar el derecho de ser diverso, pero con equidad, sin discriminación que atente contra el otro, forjando así una convivencia mas deseable? Si la quisiéramos tendríamos que asumir precisamente una política de interculturalidad signada por determinados rasgos, que nos permitirla un estado multicultural con equidad étnica entre sus miembros (democracia étnica); sin actitudes negativas entre las personas por razón de su especificidad cultural.

Si puestos imaginariamente en el futuro percibimos indicios tales como:

a. Todos en el Perú conocen la gramática de la cultura que se verbaliza a través del castellano.

b. Los miembros de la cultura dominante tienen una comprensión por lo menos básica de la gramática cultural de las culturas oprimidas ahora, pero fortalecidas después, y esta comprensión orienta sus relaciones interculturales con miembros de las otras culturas peruanas, estaremos participando de una convivencia cualitativamente más rica en el Perú.

Si este panorama nos parece deseable, entonces, la política de interculturalidad para el Perú [4] puede apuntar como meta a:

– Preservar nuestra rica pluriculturalidad

– Buscar el logro de la equidad cultural mediante la practica de una democracia cualitativamente superior. (La gente llama a esto democracia étnica)

– Avanzar en el logro del conocimiento mutuo entre los peruanos de distinta cultura.

Aunque hay razones ahora para entusiasmos y esperanzas, no se debe olvidar que ninguna política intercultural asegura de por sí la pluricultura en ningún lugar del mundo. Se requerirán otras acciones y el logro de otras metas, tales como libertad, autonomía, democracia, etc.

Las políticas sobre interculturalidad deben tener en cuenta la gama de realidades geográficas, lingüísticas, culturales y sociales de los pueblos, pues estos son factores que determinan políticas sobre lenguas, culturas, actitudes diferentes. Por ejemplo,

– ¿Cómo sería la política para la lealtad cultural o para la deslealtad?

– ¿Desarrollaríamos para todos los peruanos una segunda cultura general? Si así fuera, ¿cual sería ella?… ¿Castellana criolla?

– ¿Desarrollaríamos algunas estrategias de interculturalidad que han probado ser eficaces en ciertas culturas como el ayumpari de los ashaninka, por ejemplo?


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